3. Finalidad del
diagnóstico social
Un diagnóstico no se hace sólo para saber "qué
pasa". Se realiza también para saber "qué hacer". De ahí que
sean dos los propósitos, o las finalidades últimas del diagnóstico:
• servir de base para programar acciones concretas;
• proporcionar un cuadro de situación que sirva para seleccionar y establecer las estrategias de
actuación.
De ordinario, siempre se ha mencionado la primera de las
finalidades indicadas, pero muy pocas veces se piensa en el diagnóstico como un
elemento importante y significativo que puede ayudar a sortear los obstáculos y
dificultades que obstruyen la realización de un determinado proyecto, o un
conjunto de actividades.
Cuando hablamos de servir de base para programar acciones
concretas, estas "acciones" pueden ser parte de un plan, de una
programa contraria de un proyecto, un servicio o, simplemente, de un conjunto
de actividades más o menos articuladas
entre sí. En otras palabras: a partir de los datos sistematizados del
diagnóstico, se diseñan las operaciones y acciones que permiten enfrentar de
manera permanente (con la mayor organización y racionalidad posible) los
problemas y necesidades detectados en el mismo.
Pero el diagnóstico ha de ser también fundamento de las
estrategias que han de servir a la práctica concreta, conforme con las
necesidades y aspiraciones manifestadas por los propios interesados (familia.
grupo, organización, comunidad, pueblo, etc.) y la influencia de los diferentes
factores que inciden y actúan de manera positiva, negativa o neutra, en el
logro de los objetivos propuestos y en la realización y puesta en marcha de las
acciones que se van a realizar.
La planificaci6n debe ser flexible para poder adaptar los
procesos a las decisiones que reclama cada coyuntura, pero· para ello el
diagn6stica (siempre realizándose o actualizándose) debe orientar la toma de
decisiones con el fin de mantener o corregir el conjunto de las actividades en
la direcci6n de la situación-objetivo deseada.
Todo diagnostico
debe servir, en consecuencia, para asegurar que se mantenga el rumbo del arco
direccional, entendiéndose por tal el camino o trayectoria que se debe seguir
desde la situación-inicial para alcanzar la situación-objetivo.
Arco direccional.
Pero, como una cosa es la lógica de la formulación y otra
la lógica de la realización (influida ésta por las condiciones coyunturales),
el arco direccional es sólo el camino propuesto que, de antemano, sabemos que
no será el camino real. De ahí que, entre la situación-inicial y cada
situación-intermedia que va produciéndose, se establece un arco de coyuntura, que
es el camino efectivo que se recorre entre cada situación.
Aquí, la cuestión sustancial es que el arco de coyuntura,
aun cuando sea un rodeo (y hasta podría ser en un momento un andar en dirección
contraria, si con eso se tienen más posibilidades de avanzar en un futuro
mediato en la dirección deseada), no pierda el rumbo o, lo que es lo mismo,
pierda de vista la situación-objetivo y, en lo inmediato, quede sin referente
direccional.
Arco de coyuntura.
Para este control direccional de los arcos de coyuntura
(camino entre dos situaciones), los datos del diagnóstico son vitales y deben
servir de base para establecer la acción táctica (adecuación de lo programado a
cada situación coyuntural o a los hechos no previstos) y como reaseguro de la
propuesta estratégica.
file:///C:/Users/ekt/Downloads/Diagnostico%20Social%20-%20Ezequiel%20Ander%20-%20Egg.pdf
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