Capítulo 2. Cómo hacer un diagnóstico social.


Capítulo 2. Cómo hacer un diagnóstico social.
Ante todo, hemos de saber que un diagnóstico está bien hecho y es cuando cumple las siguientes funciones o requisitos:
- informa sobre los problemas y necesidades existentes, en el ámbito, área o sector en donde se ha realizado el diagnóstico;
- responde al porqué de esos problemas, intentando comprender sus causas y efectos, así como sus condicionamientos, apuntando posibles tendencias;
- identifica recursos y medios para actuar, según el tipo de ayuda o atención necesaria;
- determina prioridades de intervención, de acuerdo con criterios científico-técnicos;
- establece estrategias de acción, con el fin de responder a los cambios de comportamiento de las variables externas:
- da cuenta de los factores que pueden aumentar la Factibilidad de dicha intervención.
Para el cumplimiento de estas funciones o requisitos, el diagnóstico social implica o conlleva, en la práctica, la realización de una serie de tareas o acciones clave, a saber:
l. Identificación de las necesidades, problemas, centros de interés y oportunidades de mejora que presenta una situación determinada.
2. Identificación de los factores causales o determinantes, factores condicionantes y factores de riesgo.
3. Pronóstico de la situación, en el futuro mediato e inmediato.
4. Identificación de los recursos y medios de acción, existentes y potenciales.
5. Determinación de prioridades, en relación con las necesidades y problemas detectados.
6. Establecimiento de las estrategias de acción, necesarias para enfrentar con éxito los problemas que se presentan en cada coyuntura.
7. Análisis de contingencias, para el establecimiento del grado de viabilidad y factibilidad de la intervención.
Acerca de cada una de estas acciones o tareas que comporta la elaboración de un diagnóstico, haremos una explicación en sus aspectos, metodológicos,  conceptuales y prácticos.
1. Identificación de las necesidades, problemas, centros de interés y oportunidades de mejora.
En el diagnóstico, ya se trate de un grupo., familia o comunidad,  es preciso distinguir y diferenciar las necesidades de los problema. Y, además, suele ser conveniente identificar los centros de interés y las necesidades de cambio u oportunidades de mejora que presenta una situación determinada. Veamos a continuación cada  uno de estos elementos.
a. Necesidades y satisfactores
Es abundante la bibliografía existente sobre el estudio y la definición de las necesidades sociales. Por ello y porque además de desequilibrar el texto, no es el objetivo específico de este libro, no realizaremos un abordaje del tema de forma exhaustiva: preferirnos centrarnos exclusivamente en las cuestiones práctico-operativas que son objeto de este capítulo, desde una nueva perspectiva.
Podemos definir las necesidades humanas fundamentales como el conjunto de condiciones de carencia y privación claramente identificadas y de validez universal, inherentes a la naturaleza del hombre y para cuya resolución éste tiene potencialidades. Estas necesidades se han conformado históricamente y hoy constituyen un valor generalizado en cualquier cultura. Su satisfacción integral es esencial,  y se da mediante un proceso de interrelación cuyo producto va a definir la calidad de vida de los individuos y los grupos sociales. Las privaciones en cuales las privaciones en cualquiera  de estas  necesidades universales puede desencadenar patologías diversas y la privación en varias o todas ellas produce un efecto sinérgico o potenciador del impacto de esas privaciones. Esto sugiere que es poco satisfactorio el señalamiento de una sola privación para explicar un  único efecto; o intentar resolver un problema solamente con la atención a una necesidad o parte de ella, puesto que los efectos son integrales en las personas y los grupos sociales.
Así por ejemplo, la subsistencia es una necesidad de validez universal. Sin embargo, las formas que el hombre acepta como válidas en momento dado para alcanzar la subsistencia se llaman 'satisfactores. En otras palabras, son los modos particulares que cada sociedad o sistema utiliza para satisfacer las necesidades universales. Cada cultura tiene un cierto tipo, cantidad y calidad de satisfactores socialmente definidos. La diferencia en las posibilidades de acceso a los diversos satisfactores de cada una de las necesidades humanas,  provoca diferencias culturales y sociales en las condiciones de vida de las poblaciones. De ordinario, cuando hablamos de "necesidades" en sentido estricto. Estamos haciendo referencia a la carencia o falta de medios, adecuados para satisfacer una o varias necesidades. Conviene, por tanto, no confundir la "necesidad" con el medio de satisfacerla o "satisfactor".
Por ejemplo, la falta de alimentos sanos y nutritivos (satisfactor, o medio de atender una necesidad) impide una respuesta adecuada a la necesidad de subsistencia.
En otros casos, también hablamos de "necesidades" para referirnos a la existencia de satisfactores inadecuados, o falsos satisfactores de una necesidad.
Por ejemplo. Una asistencia sanitaria fuertemente medicalizada puede ser un mal satisfactor de la necesidad de protección (frente a la enfermedad), ya que su utilización puede generar otro tipo  de problemas que van en detrimento de una adecuada promoción de la salud.
Podemos decir que, para atender y responder a cada una de las necesidades humanas, existen satisfactores muy diversos; éstos pueden ser
• Violadores o destructores: cuando, con el pretexto de satisfacer una necesidad, aniquilan en realiidad la posibilidad de hacerlo.
• Pseudo-satisractores: son los que estimulan una falsa sensación de satisfacción de la necesidad (un ejemplo de este tipo de satisfactor lo constituye la limosna en relación con la necesidad de subsistencia).
• Inhibidores: los que, por el modo en que satisfacen generalmente sobre satisfacen  una necesidad, dificultan seriamente la posibilidad de satisfacer otras. Es el caso, por ejemplo, de la escuela la autoritaria con respecto a la necesidad de entendimiento, y que inhibe las necesidades de participación, creación o libertad. Asimismo, el caso referido al tipo de asistencia sanitaria, mencionado anteriormente, también sería ejemplo de un satisfactor inhibidor.
• Singulares: que apuntan a satisfacer una sola necesidad, siendo neutros respecto a otras. Suelen ser característicos de los programas sociales tradicionales; por ejemplo, los programas de suministro de alimentos, de viviendas sociales, seguros sociales, etc.
 • Sinérgicos: que son los que, por la forma en que satisfacen una necesidad, estimulan y ayudan a la satisfacción simultánea de otras necesidades. Por ejemplo, la lactancia materna, los juegos didácticos, la producción auto gestionada, las organizaciones comunitarias democráticas, los programas de autoconstrucción de viviendas por ayuda mutua, o un programa de promoción de huertas orgánicas intensivas destinado a familias pobres.
En definitiva, lo que nos interesa destacar es que, en el diagnóstico, es preciso identificar cuáles son las necesidades para las cuáles existen satisfactores sinérgicos ni singulares, pudiendo haberlos. Esto implica, por tanto, no sólo conocer qué falta y de qué se carece, sino el modo en que se atienden esas necesidades de las personas y el papel que esa atención cumple en el desarrollo humano, entendiendo las causas que coadyuvan a ese modo de satisfacción.
b) Problemas sociales
En otro orden de cosas, es preciso identificar, asimismo, los problemas existentes, que no necesariamente están siempre relacionados con la insatisfacción de una necesidad. Puede ser frecuente que una necesidad insatisfecha o mal satisfecha -porque se utilicen satisfactores no adecuados (violadores, inhibidores, o pseudo-satisfactores, termine generando un problema. Sin embargo, pueden existir situaciones problema que no necesariamente estén producidas o tengan su origen en una necesidad mal satisfecha. Por ejemplo, una familia que tiene un hijo discapacitado, al que no sabe cómo cuidar, no tiene tanto una necesidad como un problema.
De ordinario, pueden surgir problemas cuando existen conflictos de intereses entre diferentes actores sociales, cuando las medidas y acciones que se realizan no responden a intereses directamente relacionados con la situación que padecen las personas, cuando las personas deben enfrentarse a situaciones y acontecimientos inesperados y no deseados, cuando se ven obligadas a solucionar un cierto número de cuestiones que sobrepasan su capacidad subjetiva de afrontamiento, cuando surgen situaciones estresantes, cuando los procesos de socialización no han sido potenciadores del desarrollo personal y social sino que lo han deteriorado seriamente, etc.
Para examinar la diferencia entre necesidad insatisfecha o mal satisfecho y un problema, podemos ejemplificarlo de la siguiente forma:
- Si en un barrio hay 350 niños en edad escolar, y sólo existe una escuela con 250 plazas, podemos decir que hay una carencia o falta de puestos escolares que no permite una satisfacción adecuada de la necesidad de educación formal.
- Si en un banco donde todos los niños pueden ir a la escuela, hay un treinta por ciento que falta regularmente a las clases: o hay un sesenta por ciento que suspende sistemáticamente la mayoria de las asignaturas, entonces lo que hay es un problema de absentismo, o un problema de fracaso escolar.
Esta distinción entre necesidad y problema que acabamos de explicar, no sólo tiene una importancia conceptual: su diferenciación es clave en el diagnóstico si se quiere abordar una solución efectiva a los mismos.* Esta distinción entre necesidades y problemas también ha sido advertida por J. M. Rueda, cuando diferencia la necesidad (él la entiende como carencia de algo) de la afección ("la presencia de un rasgo o factor social que sabemos que es perjudicial, indeseable, etc.)
c) Aspectos básicos para considerar en la identificación de necesidades y problemas
Esta primera tarea del diagnóstico, referida a la identificación de problemas y necesidades, debe llevarse a cabo señalando tres aspectos básicos y fundamentales de cada uno de ellos:
• Naturaleza del problema o necesidad, esto es, definir y describir, lo más concreta y específicamente posible. de qué tipo de problema y/o necesidad se trata. No basta con decir "hay problemas de salud", o "existen problemas educativos"; es imprescindible detallar la naturaleza de los mismos. Por ejemplo: hay un "problema de absentismo escolar", o hay un problema de "salud medioambiental, al no existir un sistema eficaz de depuración de aguas residuales·'. De lo que se trata es de responder con precisión a la preguntas ¿de qué se trata? y ¿en qué consiste el problema?, analizando sus distintas dimensiones o aspectos. Además, puede ser conveniente establecer qué tipo de satisfactores se utilizan para responder a cada necesidad, estableciendo en qué modo pueden afectar al desarrollo humano de [as personas afectadas, de cara a identificar posibles satisfactores más positivos y sinérgicos que los actuales. Si se trata de un diagnóstico a gran escala (para una gran cantidad de población o para determinar la creación de ciertos planes y servicios. por ejemplo).
d) Centro de interés
El diagnóstico, no solamente es necesario conocer cuáles son los problemas y necesidades que tienen las personas; también es preciso detectar cuáles son sus centros de interés, ya que, en ocasiones, la estrategia de acción más oportuna puede derivarse de uno de esos intereses en lugar de partir de un problema o necesidad. Esto, por una razón básica: a veces, un centro de interés puede ser más motivador y resultar más movilizador que un problema grave, sobre todo, cuando éste último se perciba de forma fatalista o, efectivamente, esté determinado o muy condicionado por factores sobre los cuales se tienen pocas posibilidades de intervención.
e. Necesidades de cambio y oportunidades de mejora
Asimismo, también es preciso identificar en el diagnóstico cuáles son las necesidades de cambio u oportunidades de mejora, con respecto a lo que se viene haciendo. Esta tarea muy ligada al pronóstico, del que enseguida hablaremos, es la que permitirá una constante adaptación de los programas y servicios a los cambios sociales, y una mejora en la calidad de los mismos. Dicho en otras palabras; el diagnóstico no debe informar únicamente de necesidades, problemas y centros de interés a partir de los cuales iniciar la acción; también debe dar cuenta del modo en que se actúa profesionalmente y se prestan los servicios, y las posibilidades de mejoramiento de la atención que se brinda a las personas.
f. Qué datos e Información necesitamos
Para poder realizar esta primera tarea del diagnóstico consistente en identificar necesidades, problemas, centros de interés y oportunidades de mejora, se habrá necesitado averiguar primero:
.Cuáles son los problemas y necesidades más importantes, desde el punto de vista de la persona, el grupo o la comunidad a la que se quiere prestar ayuda;
• Qué otros problemas y necesidades se pueden apreciar desde el punto de vista técnico (necesidades normativas) y comparativo (necesidades comparativas);
• Qué otros problemas observan los demás agentes externos que prestan servicios a la población;
• Cuántas personas tienen esos problemas y necesidades;
• Qué circunstancias, contextos y prácticas sociales pueden haberlos causado;
• Posibles razones de esos acontecimientos, prácticas y actuaciones;
• Otras causas de los problemas y necesidades (causas ambientales, políticas, económicas, culturales. etc.).
2. Identificación de los factores causales o determinantes, factores condicionantes y factores de riesgo
• Si queremos intervenir con eficacia en los problemas y necesidades .detectados, no basta con disponer de información elaborada y sistematizada acerca de la naturaleza, magnitud y gravedad de los mismos. Estas tres cuestiones son muy importantes, pero insuficientes.
Como ya advertimos en el primer capítulo, el diagnóstico se hace para comprender los problemas de una situación determinada y concreta en su evolución a lo largo del tiempo y situándolos en un espacio determinado. El apoyarse en datos e información es una condición necesaria, pero insuficiente para elaborar un buen diagnostico, Una adecuada contextualización es imprescindible si deseamos saber qué puede llegar a ocurrir en el caso de que todo siga )le, o si se llevan a cabo ciertas acciones. Esta contextualización necesaria porque todo cuanto acontece en una sociedad es algo que sucede en un sistema social en el que se da una interrelación de los elementos que lo componen y que configuran una unidad total. Dentro de la problemática de la sociedad global, el diagnóstico trata de necesidades, centros de interés y oportunidades de mejora que se dan, a su vez, en determinados subsistemas. Pero, sobre todo es importante tener información que facilite posteriormente la toma de decisiones, en el sentido de averiguar qué clase de acciones pueden ser más convenientes, habida cuenta de los factores que positiva o negativamente tienen alguna influencia sobre el problema en cuestión.
3. Pronóstico de la situación
Como ya lo indicamos, en ciertas circunstancias, por la naturaleza, magnitud o gravedad del problema, es necesario estudiar las tendencias previsibles. Es lo que se llama pronóstico o prognosis, que
Permite prever cuál será el futuro si se mantienen iguales o modificados algunos de los parámetros definitorios de la situación, teniendo en cuenta  las tendencias e inercias del pasado y del presente. En este aspecto o nivel del análisis, se trata de ofrecer una apreciación de se pueden configurar otros escenarios en el futuro (pronóstico de situación) ya sea estudiando las tendencias actuales o bien previendo cambios que podrían producirse actuando deliberadamente sobre esas tendencias.
4. Identificación de recursos y medios de acción
Podemos conocer la situación-problema, tener conocimiento de como surgió y cómo podría ser en el futuro, habida cuenta de la situación sin embargo, esto es insuficiente para que el diagnóstico sirva operativamente a un programa de intervención social. Hay que ir más alla de la situación-problema, determinando también los recursos y medios disponibles para atender las necesidades o problemas del área o sector de que se trate, y que han sido detectados en el diagnóstico.
Primeramente  hay que identificar el tipo y cantidad de recursos que se podrían requerir. Esta tarea puede iniciarse respondiendo a dos cuestiones:
- ¿Quién puede resolver los problemas?
- ¿Qué tipo de ayuda o atención se necesita?
5. Determinación de prioridades, en relación con las necesidades y problemas detectados
Generalmente, en las situaciones objeto de diagnóstico, se presentan múltiples problemas y necesidades., sobre las que no se puede intervenir simultáneamente habida cuenta de que los recursos son escasos o  limitados, o no están siquiera potencialmente disponibles. Por ello es preciso decidir qué problemas se intentará resolver primero, y cuales después, en orden sucesivo. Esto es lo que, en el lenguaje técnico se denomina establecer prioridades.
Prácticamente todas las personas jerarquizamos y establecemos prioridades todos los órdenes de la vida para decidir lo que vamos a hacer (o no hacer), de acuerdo con una escala de valores y con requerimientos de la propia realidad. En la realización de un diagnóstico, y en la planificación, los criterios para establecer prioridades son de dos tipos:
• De carácter político, ideológico o filosófico, que establecen una especie de "deber ser", de lo "deseable", de acuerdo con fines políticamente priorizados o considerados filosóficamente como más valiosos.
• Otros, de carácter técnico, a partir de los resultados de la investigación (en la que lo valorativo no queda excluido). Estos criterios técnicos deben ser congruentes con los fines perseguidos por las políticas sociales que se derivan del marco referencial, ya sea éste político, ideológico o filosófico.
6. Establecimiento de estrategias de acción
Antes de entrar al desarrollo del contenido de este parágrafo, nos parece oportuno hacer una precisión conceptual acerca del término "estrategia". En sentido general, se habla de estrategia para designar el "arte de combinar, coordinar, distribuir y aplicar acciones de cara a alcanzar un objetivo". En el trabajo y la intervención social, "se refiere a las acciones concretas con el fin de mantener y, orientar un proceso en una determinada dirección, habida cuenta de que en ese se introduce un flujo continuo de cambios, innovaciones y retrocesos. Se distingue la estrategia de la táctica en cuanto esta última se refiere a lo coyuntural y se interesa por responder a las actuaciones de cada momento, mientras que la estrategia apunta a las metas  y objetivos y se preocupa de operaciones que hacen al proceso total".
7. Análisis de contingencias
Una vez establecida la (o las) estrategia(s) de acción necesarias para enfrentar los problemas y necesidades prioritarios, es preciso realizar un análisis de contingencias que permita identificar posibles obstáculos y dificultades en la implantación de dicha estrategia, así como determinar el grado de viabilidad de la posible intervención.

Esto es necesario para culminar el diagnóstico, ya que determinar la estrategia  más conveniente resulta insuficiente: es fundamental conocer los factores contextuales que pueden influir en la aplicación de medidas. En este punto, de lo que se trata es de identificar dentro de la situación contextual en que se presenta el problema y se abordara su solución los factores que, de manera positiva, negativa o neutra, podrían influir sobre la estrategia de intervención y en la misma realización del programa o prestación de un servicio.
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